México | 2024-05-18
La paciencia más que el buen juego fue clave para que las águilas del América sacaran la serie frente a las chivas en un juego de vuelta en el que los rojiblancos se desvanecieron en el segundo tiempo.
Si bien el partido de ida fue casi totalmente rojiblanco, así como buena parte del primer tiempo en la cancha del Azteca, los azulcremas aprovecharon el cansancio y una distracción de los tapatíos para anotar un solitario gol que aseguró su pase a una nueva final.
Esta vez ni la habilidad del piojo Alvarado ni la potencia de Cowell marcaron la diferencia, tampoco las ganas de Ricardo Marín o los pases de Beltrán que siguen sin ser una diferencia real en los momentos clave del juego.
La defensa del América fue clave para alargar el cero a cero lo más posible; fue poco después del inicio del segundo tiempo que un tiro libre abrió la puerta a un recentro por parte de Lichnovsky que fue contrarrematado por Israel Reyes, que anotó el gol que aseguró el pase de las águilas.
Luego de esa anotación chivas no volvió a ser el mismo; toda la presión que habían ejercido a lo largo de toda la semifinal se terminó, generando muy pocas llegadas, por lo que poco o nada lograron hacer para empatar el juego.
Finalmente, y aún muy lejos del nivel que mostraron en la fase regular, el América de Jardine se colocó en una nueva final de Liga que abre la puerta para conseguir un bicampeonato. Y esto no suena nada mal luego de la eliminación en Concachampions.
¿Tendremos clásico joven de nueva cuenta en la final? Veremos si los rayados de Monterrey tienen algo qué decir en la otra llave.