México | 2024-07-26
De manera definitiva se separa la actividad política con la vida familiar de la presidenta municipal de Veracruz Patricia Lobeira, en un diálogo con el reportero planteó su forma de trabajo en cuanto a la búsqueda de mayores beneficios para los jarochos y su labor muy diferente de su vida privada. Se piensa solo en el presente no hay planes políticos para el futuro.
Es reconocida como la mejor edil a nivel nacional por las encuestas realizadas, pero conserva de manera respetuosa la temporalidad de su cargo oficial. Su prioridad es terminar con el grave problema del abastecimiento del agua potable y la intervención del gobierno estatal con la empresa que tiene dicha concesión.
Sobre las dudas que existían sobre el lugar en el que viviría la presidenta Claudia Sheinbaum, ella tomó la decisión de vivir en Palacio Nacional y dejar la residencia de Los Pinos como museo para los capitalinos.
Sobre si seguirían las mañaneras, se maneja que serán de manera periódica, por la importancia que representa la información para la ciudadanía en lo general.
Son variantes que deberá asumir para imponer su propio estilo y dejar dentro de la historia la forma que hiciera su antecesor Andrés Manuel López Obrador. Acostumbrar al pueblo que son mujeres las que gobernarán de manera diferente México y el estado de Veracruz con Rocío Nahle.
Si nos remontamos a la historia, la crónica nació como recurso de algunos grandes escritores latinoamericanos para vivir de lo que escribían publicando sus versiones de la realidad en los periódicos. El lenguaje de todos ellos fue en muchos casos experimental y, siempre, elegante, alusivo, nítidamente literario.
La reconstrucción de personajes verdaderos y la elaboración de una trama narrativa convirtieron esos textos en pequeñas obras de arte. Los fundadores de la crónica fueron José Martí, Rubén Darío, Manuel Gutiérrez Nájera, Julián del Casal, Euclides da Cunha.
A ellos deben sumarse, en las décadas siguientes, los nombres de Salvador Novo, Roberto Arlt, Jorge Luis Borges, Mario de Andrade y el inesperado César Vallejo, un corresponsal de guerra tan original como Ernest Hemingway y George Orwell, que lo sucederían una década después.
Así, mucho antes de que Estados Unidos reivindicara para sí la invención del nuevo periodismo -cuyo apogeo, anterior a Tom Wolfe y Capote, es quizá el admirable Hiroshima de John Hershey-, ya la crónica era uno de los grandes géneros literarios de América Latina.
Los textos revelan que, a pesar de las desventuras de un mercado adverso, en el que los grandes textos de periodismo narrativo tienen escuálida cabida, casi no hay país del continente en el que no se produzcan crónicas memorables.
El título incluye una hipérbole que necesita ser probada. ¿Lo mejor del periodismo alude a lo que no admite superación por ahora, o quiere decir, más bien -como en este caso- lo que mejor representa el periodismo actual de América Latina? Cuando se convocó por primera vez al premio nacional de periodismo en el año 2001, una de las más genuinas sorpresas del jurado fue que, junto a cronistas sobre ya consagradas por su coraje, su influencia y la eficacia ejemplar de su escritura.