Reflexión, bloque doña Ana Kim Séptima parte

Coatzacoalcos | 2023-03-11

Vivencias de mi Puerto México; Reflexión, bloque doña Ana Kim

Después de estas seis partes, relacionadas con el bloque vivencial de doña Ana Kim Lee (+). Personaje de origen coreana nacida en mayo/1928, en el entonces glorioso Barrio de Las Escolleras o también conocido como la colonia coreana, enclavado en el playón norte de esta ciudad y puerto de Coatzacoalcos, Veracruz.

Me es grato expresar el agrado y nostalgia que experimenté durante el desarrollo de tal bloque. Debido a que me trae recuerdos de cuando mi familia, padres, tíos y abuela se desempeñaban en el noble oficio de la pesca rivereña y marina y, su relación con las familias coreanas que habitaban entonces nuestro barrio de las escolleras.

Asimismo, cabe destacar, la importancia que representa la abundante información que doña Ana, expresó sobre las vivencias pesqueras, así como sobre la vida cotidiana de las familias de ascendencia coreana y su relación con nosotros los mexicanos. Vivencias que de alguna manera tuve la fortuna de experimentar; claro, después de 1955.

Experiencias que aún recuerdo, sobre todo en los tiempos de carnavales, cuaresma y de resumo pesquero, esto es, durante los meses de febrero a Julio de cada año.

Vivencias, tales como ir a cordelear con mi papa David sobre las escolleras del hoy Paseo de las Escolleras, con el grampín, anzuelos grandes con carpiota de pita, para pescar: pargos, petos, chernas, robalos o cazón. Grata experiencia que hubiera querido fueran mas frecuentes.


Sin embargo, no era posible debido a que don David (papá) ya se había retirado de la pesca como empleo y entonces estaba dedicado a trabajar en nuestro taller de carpintería y, había mucho trabajo. Debido a la instalación del complejo petroquímico Pajaritos (años 60s).

Otra inolvidable experiencia era que, durante la época de gran pesca, meses de marzo a julio. Nuestro barrio despedía un agradable olor a pescado frito o salado. Y los niños y jóvenes le dábamos rienda suelta a los juegos callejeros: con el trompo, yoyo, las canicas, la elevación de las pandorgas, jugar al beisbol con pelota de esponja, futbol americano y muchos juegos más. Como el correr por sobre los medaños calientes de arena y ver quien aguantaba más, sobre todo durante los calores de verano.

Por cierto, en esos años 50s y 60s, recuerdo todavía había algunas viviendas de costanera (tablas de madera convexa de la corteza de los arboles) y techo de palma o lamina, por ejemplo, de la familia Colbert (pescadores) y la de mi abue Rosario Loyo Linares, entre otras.

En fin, no cabe duda que recordar es vivir las vivencias de cuando la naturaleza se expresaba en todo su esplendor natural en nuestro barrio Las Escolleras. O como decía doña Ana Kim: “mi bello barrio”

Albert Einstein.