Para atrapar a un pez

Para atrapar a un pez

México | 2024-09-14

Para atrapar a un pez, el pescador deberá colocarle primero una atractiva carnada al anzuelo. De lo contrario el pez no lo morderá y por consiguiente no será capturado. Narro esto a manera de ejemplo porque a la mal llamada reforma al Poder Judicial, le han puesto como carnada la idea de que con la elección mediante el voto popular de jueces, magistrados y ministros, habrá un mejor sistema de impartición de justicia.

Obviamente todos queremos que ésta mejore, que sea pronta y expedita, además; válgase la redundancia, que sea justa.

Porque la justicia en México tiene muchos aspectos por mejorar y hay quienes erróneamente creen que destazando al Poder Judicial se corregirán en automático las cosas, cuando en realidad el problema a resolver es mucho más complejo. Pasa por las fiscalías, las distintas policías que existen, los mal llamados Centros de Readaptación Social, donde frecuentemente los reclusos salen más maleados que cuando entraron. Se necesitan más abogados competentes para defensores de oficio, mayor presupuesto, mejor equipo, más capacitación del personal y desde luego otorgarle un sueldo digno a quienes ahí laboran.

Nada de eso sucederá con la citada reforma. La simple elección de jueces, magistrados y ministros a través del voto popular costará nada menos que 8 mil 200 millones de pesos y la liquidación conforme a la Ley del personal que despedirán nos costarán seguramente 2 o 3 veces más, resultando una astronómica cifra.

¿Qué necesidad de tirar el dinero de una manera tan tonta, cuando hay prioridades pendientes de atender?

Además, existe la posibilidad de que el sistema de impartición de justicia quede peor que el actual si llegan al cargo juzgadores que carezcan de capacidad y experiencia.

El verdadero objetivo de la reforma aprobada es decapitar al Poder Judicial para incrementar el control político del partido gobernante, aniquilando así la división de poderes que mantienen en equilibrio la democracia.

Con el surgimiento de un Poder Judicial a modo, dudo mucho que los nuevos "jueces del bienestar" defiendan y amparen a la ciudadanía contra las ocurrencias y arbitrariedades que cometan los gobernantes.

Recordemos por favor que los alcaldes, legisladores, gobernadores y hasta el propio presidente de la república son electos mediante el voto popular y sin embargo la corrupción persiste, junto con la ineficiencia y las decisiones tomadas al vapor que tan caro nos han costado.

El voto popular no garantiza que quienes sean electos tengan conocimientos ni capacidad suficiente para desempeñar decorosamente el cargo que asumirán. Imaginémonos por un momento el absurdo de seleccionar a los juzgadores mediante una tómbola.

En el caso de jueces, magistrados y ministros, al menos hasta ahora, se seleccionan por capacidad, experiencia y exámenes rigurosos. Habrá excepciones desde luego, como en todo, pero le guste o no a sus detractores, hay mejor preparación en el Poder Judicial que en los otros dos poderes.

Al aniquilar el estado de derecho con la reforma aprobada, la inversión huirá del país, la inflación se disparará y el empleo formal seguirá cuesta abajo. Habrá problemas con la renovación del Tratado de Libre Comercio, posibles litigios internacionales que seguramente perderemos y quienes pensaban invertir en México preferirán llevarse sus recursos a otras naciones, donde encuentren mayores garantías.

El panorama no pinta nada bien.

Le están dejando a la próxima administración un país inseguro, enfrentado, dividido y además endeudado.

En mi opinión, con esta reforma no solamente hemos dado como nación un salto hacia atrás, sino también un gran salto al vacío.

¿No les parece a Ustedes?

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