Ómicron, norte y autogoles

Veracruz | 2022-01-03 | Armando Guerra

El cartero trajo noticias del imperio hasta el sexto piso de la Agencia de Noticias Guerra que dirige el arriba firmante, o sea, Monsieur Guerra para sus amigos, aquí en el pen-jaus de Santa Fe donde mora.

“No te imaginas, cuadras, cuadras, cuadras y más cuadras con filas de gente nunca menor a 6 y casi siempre cercanas a 20 en farmacias de toda laya para hacerse la prueba que desmiente o confirme la presencia de la CoVid19”, dice por teléfono el corresponsal destacamentado en el otro extremo de la otrora región mas transparente.

Tras cuatro horas de búsqueda y persecución de la icónica prueba, el corresponsal informa: Positivo; que viéndolo bien no es tanto porque es una noticia negativa. Pese a haber cumplido su doble dosis de Astra, el corresponsal fue alcanzado por el virus. Acto seguido se le deposita la segunda parte del generoso aguinaldo que esta Agencia entrega puntualmente a sus corresponsales –ajá—. “Lo único molesto es que no te dicen qué variante es”. “Es Ómicron, no hay duda”, me dice la jefa de la oficina de Anthony Fauci, el epidemiólogo non del gobierno americano” con quien esta agencia consulta sobre éste y otros males.

Así contado puede ser gracioso. El hecho, doloroso como el que más, es la fuerza con que esta variante está creciendo.

¿Y qué hace el gobierno mexicano? Puertas abiertas, aeropuertos repletos de viajeros; terminales de autobús otro tanto y el bulevar del puerto de Veracruz lleno de turismo jícamo-horchatero, –¡Ah que ganas de escribir de cuarta, pero no, prudencia pide el editor!;-- sin cubrebocas, orondos de rubicunda obesidad que terminaron colmando sitios turísticos, bares, cafés, cantinas, restaurantes, todo sea por los niños, que –ajá— llevaban dos años sin salir. (Pero no les digan escuela, porque, con razón o sin ella, se indignan). El punto es sencillo, el gobierno federal y no pocos estatales –sí, el de Veracruz incluido— no supieron qué hacer con esta papa caliente. Y Tan tan punto com.

******

En otro orden de ideas –así se dice en esta columna—el primer frente frío llegó puntual y contundente ayer día 2 y como el lobo del cuento de Caperucita, sopló y sopló, pero a nadie defenestró porque la casita azul que la neoalcaldesa fincó a golpe de sentencias, finalmente la albergó. Por cierto, chicos, chicas y chiques del staff de la alcaldesa Patricia Lobeira, consulta no pedida: cuiden los acentos en sus boletines de prensa y, por favor, no le hagan decir en sus mensajes que es “la segunda” alcaldesa del puerto, no se metan autogoles, apenas llevan tres días gobernando. La política es como el fútbol: Nadie se acuerda del “dos”. No la hagan autoenunciarse como tal. Chicos, chicas, chiques: relevos los que quieran, suplente, ni de Messi. (Gracias y de nada. Si requieren más asesorías para no auto golearse, escriben).

******

De Maquiavelo en El Príncipe: “La política es una guerra sin sangre. La guerra es política con sangre”.