Xalapa | 2023-11-02
El manotazo que dio Alejandro Moreno, presidente del Consejo Ejecutivo Nacional del PRI en el tricolor jarocho con la imposición de Adolfo Ramírez Arana, tiene un gran mérito por lo que logró que sucediera con el priismo en Veracruz.
Alito Moreno consiguió que los priistas salieran hasta debajo de las piedras para reclamar los derechos como militantes del partido, luego de varios años de mantenerse alejados y aletargados de la vida política, algunos hasta en las sombras del olvido.
Las oficinas que son sede de los comités directivos municipales del PRI en Veracruz y Boca del Río permanecieron cerradas de manera intermitente al menos durante los últimos cinco años y resulta que nadie se daba cuenta.
En Boca del Río la sede priista daba pena, con una fachada despintada y llena de maleza al frente, era evidente que se trataba de un recinto abandonado; en Veracruz, las oficinas del partido hasta con deudas por la falta de pago de los servicios.
Pero en la última semana, estos dos inmuebles tuvieron vida de nuevo con la presencia de militantes que se inconformaron con la imposición del exdiputado local y exalcalde de Paso de Ovejas.
Los pocos líderes seccionales del partido que quedaban, los que no saltaron al PAN o al MORENA, se quejaron porque afirmaron que no se les tomaba en cuenta, movidos por un grupo de priistas que acumulan un historial cuestionable y que su único interés era asumir la dirigencia estatal una vez que Marlon Ramírez desocupara el cargo.
El primero en la lista es Fernando Kuri Kuri, exalcalde de Oluta y quien de inmediato se inconformó con la decisión del dirigente nacional porque lo dejaba en desventaja al cerrarle el paso para que llegara a la presidencia estatal del partido.
Es secundado por personajes como Jorge Carvallo, uno de los priistas que se mantuvo cercano a los exgobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte, pero que cuando fue el momento de defender al partido se escondió y asumió un bajo perfil.
Marco Antonio Aguilar Yunes, quien fue colaborador cercano del exgobernador Javier Duarte, quien purga una sentencia por asociación delictuosa y lavado de dinero, es otro de los priistas "disidentes" que se inconforman por la decisión de Alejandro Moreno.
En ninguno de los casos anteriores, se podría decir que se trata de cuadros que representan a la militancia real, pues si en algún momento pudieron ser considerados liderazgos reales, ahora ninguno de ellos estaría en posibilidades de plantarse con posibilidades de triunfo en las urnas en caso de que pensaran participar en las elecciones del 2024.
De la calidad moral de cada uno de ellos para defender al PRI que olvidaron por varios años, le toca a los propios priistas juzgarlos.