El grupo de Nahle: arriesgarse o quedarse sin nada

Nota al margen

Xalapa | 2023-10-05

Morena en Veracruz es un hervidero, con la posibilidad de tener hasta ocho aspirantes finales en las encuestas para elegir a la persona que coordinará los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, el llamado a la unidad lanzado desde el Consejo Ejecutivo Nacional (CEN), por Claudia Sheinbaum y Mario Delgado, tiene mucho sentido para llegar sin fracturas en el 2024.

Particularmente en Veracruz, Morena no puede permitirse llegar a medio gas a las campañas electorales; tampoco corriendo el riesgo de tener adversarios internos operando en contra por rencor.

La razón, además de que la candidata o candidato se presentará en las urnas sin el empuje que dio en 2018 la figura de Andrés Manuel López Obrador, es la mala calificación que el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez hereda al movimiento, ya sea por el desgaste propio del cargo frente a sus ciudadanos o por una mala administración.

El Morena, como lo haría cualquier partido político, no se puede permitir ceder a la oposición un estado con un padrón electoral y un presupuesto tan importante, solo comparable con la Ciudad de México, el Estado de México, Jalisco y Guanajuato.

Es por eso que lo que ocurra en adelante, para evitar las fracturas y que las cicatrices no se cierren, dependerá mucho de la capacidad de conciliación que tenga el grupo político que tiene el control del partido en el estado, aunque de eso han mostrado poco.

El primer error que cometieron fue garantizar que el Consejo Estatal operara de tal manera que incluyera como los cuatro aspirantes para la encuesta, a miembros de su mismo grupo político, dejando fuera a perfiles mejores calificados, con mayor capital político, como Manuel Huerta Ladrón de Guevara y Sergio Gutiérrez Luna, solo por considerarlos adversarios políticos.

Con poderosa acción quedaron exhibidos y esa misma semana, el domingo 1 de octubre, hubo un asomo de prudencia –aunque tardía-, de parte de la presidenta del Consejo Estatal de Morena, Dhoreny Cayetano García, y del dirigente estatal, Esteban Ramírez Zepeta.

Ambos difundieron un mensaje en redes, pidieron a la Comisión Nacional de Elecciones incluir a Manuel Huerta en la encuesta, ya que había conseguido, con todo y los obstáculos que ellos mismos pusieron, el 10 por ciento de la votación de los 200 consejeros.

En esa lógica, también se hace necesario que los otros perfiles que aparecieron votados ese día sean incluidos en la encuesta definitiva, tales como la exdiputada local, Mónica Robles y el diputado federal, Sergio Gutiérrez Luna.

El siguiente paso que debería dar la dirigencia estatal, es sentarse con los interesados y cabildear la integración de todos los grupos políticos en las boletas electorales, claudicar en sus pretensiones de llevarse el carro lleno con la candidatura a la gubernatura y el senado, y dejar como premio de consolación las diputaciones federales y locales.

Los integrantes de su grupo político tendrán que alinearse, por el bien del movimiento y por el bien de la Cuarta Transformación, o arriesgarse a llevarse todo y quedarse sin nada.

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