México: país progresista

Veracruz | 2020-09-21 | Raúl López Gómez

México, es un país polarizado en este momento con problemas de dimensiones serias ante las resistencias de quienes no dan paso a la democracia.

Las argucias y falsas promesas no prosperan, en lo referente a que la población le otorgó el respaldo de más de treinta millones de votos al proyecto político de Andrés Manuel López Obrador, a quien no dejan gobernar, quienes perdieron ante el hartazgo de los ciudadanos, y no aceptan el triunfo de la democracia que se dio contienden el 1 de julio de 2018.

Los que están causando un divisionismo extremo entre ricos y pobres, es que están molestos porque se les acabaron los privilegios a lo que estuvieron acostumbrados en el pasado de exigir todo con cargo al presupuesto y ahora deben cumplir con la legalidad y el paso de impuestos como todos los mexicanos.

El doctor Francisco Blanco Calderón, catedrático de la Facultad de Comunicación de la UV, con muchos años de experiencia en el ejercicio de la docencia y como articulista experimentado en medios de comunicación, dice que la población votó por el fin de un ciclo gubernamental causante de la pobreza y la depredación de las finanzas públicas.

“Se dio el cambio político con toda la fortaleza del pueblo, para el inicio de uno nuevo ciclo, al que no se le da paso desde las resistencias de ciertos grupos empresariales, negados a vivir en la legalidad y la democracia.

“Está claro y se ha visto que desde antes de iniciado el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, que llegó al poder con el Partido Morena, por un voto de confianza de la gente, que quiso dar el paso hacia un cambio rotundo con el pasado, ante los abusos de poder, corrupción e impunidad de los gobiernos qué en noventa años llegaron al final de un ciclo.

“Pero, algunos grupos de los poderes cupulares de antes, se han mantenido sin aceptar a la voluntad popular en la llegada de un gobierno absolutamente democrático”.

¿Qué va a pasar? Simplemente quieren atrasar al avance del país, que se encuentra en una auténtica plataforma de lanzamiento a nuevos horizontes de desarrollo económico insospechado ante el futuro halagador para un gobierno progresista como el de AMLO, que apuesta a la legalidad y al cambio de régimen, pero en la realidad se percibe que las resistencias son todavía muy visibles cuando andan en las calles haciendo protestas desde el poder de quienes operan empresas y no pueden ocultar la franca intención de desestabilizar al país.

Y aún más, cuando se ve que sus convocatorias que no tienen eco, ante la población que se quitó el peso del lastre de noventa años, porque no tienen forma ni fondo, y no convencen a las mayorías, al estar ausentes de un propósito social y de reivindicación de justicia como lo está emprendiendo el presidente AMLO, con el llamado a una Cuarta Transformación, que está dando presente y futuro a las nuevas generaciones de las mayorías de los mexicanos que quedaron depauperados.

Se trata de una gran mayoría de una población pobre, y que se encontró viviendo en la extrema miseria con ausencia de oportunidades laborales y de opciones de superación personal, por lo que al realizarse una auténtica justicia social, una parte de los pocos ricos de este país, inconformes han desaprobado algo, que ha sido muy necesario con los programas de bienestar y de becas a niños y jóvenes, para el impulso a las nuevas generaciones, que ahora son apoyos que se entregan de forma directa y sin intermediarios ni condicionantes electorales, que ahora son delito.

Lo extraño, es que en forma gradual desde el inicio del mandato del presidente AMLO, algunos grupos de gente de la clase acomodada, han intentado sorprender a la población con manifestaciones que no han tenido eco, porque los millones de pobres, que ahora ven el horizonte ya más claro, no los pueden convencer tan fácilmente de protestar por algo que lucharon en quitar como un cáncer social.

“Les molesta a que se está ayudando a salir adelante a la gente, y por eso la aprobación al nuevo gobierno es una tendencia que ha llamado la atención en el mundo, y ahora los líderes de muchas naciones hasta quieren la foto con AMLO que les urge tomarse porque es el político del momento, que ha demostrado convicción por las causas nobles de la gente desposeída y maltratada de muchos años”.

“Es difícil para unos y otros, vivir en un país de mucha polarización, y más aún cuando se escribe en el día a día, las falsas intenciones de quienes antes detentaron desde las alianzas con el régimen en el poder, los acuerdos para hacerse de los grandes negocios, siempre en perjuicio de la nación”.

Sí la gente que sufrió y vivió estoica a los abusos de los reducidos grupos de poder económico, que se niegan a dar paso a la democracia, e incluso quedan mal porque a base de las artimañas que dominan muy bien, andan tratando de engañar a la gente, que por cierto, no se engancha en ese tipo de situaciones que incluso se desaprueban, porque las mayorías de esta gente votaron por un cambio, que por fin llegó después de más de treinta años de intensa lucha electoral y se da por la vía del ejercicio del voto, como debe ser en la auténtica lucha democrática.

Hay que esperar, a los grandes resultados de un gobierno progresista como el de AMLO, que vienen en camino, además de que tiene el reconocimiento internacional. Ante el avance democrático del país, que entrará por fin de una nueva dinámica de amplio desarrollo por la visión al emprendimiento y a todas las acciones de cambio que por la vía de la legalidad como se hace en los gobiernos democráticos, está generando mucha confianza en los grandes inversionistas nacionales e internacionales.

Los que no dan paso al trabajo del nuevo gobierno, se equivocan, porque no quieren ver que ya pronto se darán todos los avances que nunca llegaron con el pasado régimen, ante el concierto de gran proyección para México en una nueva era del comercio con las grandes potencias y muchos países en desarrollo.

Está claro, que volverán a México las grandes empresas para fortalecer el empleo y la inversión, por la confianza a que existe un gobierno democrático en boga, progresista que se conduce diferente a las prácticas de los gobiernos de antes, en donde permeó la corrupción para generar ganancias y todo con cargo al erario público, y eso se acabó. Así las cosas.