Lucía Piña debe mostrar que SCJN es más que escándalo por supuesto plagio

Derecho y Estado

Veracruz | 2023-01-19

El escándalo de la ministra, Yasmín Esquivel Mossa por el aparente plagio que cometió de tesis de licenciatura, se asemeja cada vez más a una fábula sin final y es que recientemente la Secretaría de Educación Pública (SEP) se negó a fijar postura sobre la posibilidad de retirarle el título y la cédula profesional, mientras que la Universidad Autónoma de México (UNAM), optó por buscar una salida alterna y despedir a la profesora y exasesora de tesis de la ministra Yasmín Esquivel.

Se trata como ustedes los habrán ya leído, de la catedrática Martha Rodríguez Ortiz. La UNAM consideró que la mentora, incurrió en causas graves de responsabilidad, así como en faltas de probidad y honradez en el desempeño de sus labores como académica y directora de tesis profesionales. Cabe recordar que Rodríguez Ortiz, reconoció ante autoridades de la citada Universidad, que compartió el proyecto de titulación de Yasmín Esquivel a varios estudiantes, entre ellos Édgar Ulises Báez Gutiérrez, quien hoy acusa plagio.

Días atrás, autoridades de la UNAM ya habían determinado que, la tesis de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel, es una "copia sustancial" de la publicada en 1986 por el exalumno Édgar Ulises Báez, sin embargo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), externó que "la normatividad universitaria carece de los mecanismos para invalidar un título expedido, aún y cuando el plagio de una tesis esté documentado".

Y la SEP prácticamente se declaró incompetente para resolver sobre el tema. El asunto está empantanado, la ministra está terriblemente expuesta y el máximo Tribunal pareciera pausado ante un hecho que los abogados podríamos inclinar más por lo mediático, que, por lo jurídico, pues más allá de lo investigado por la UNAM, no hay al momento hechos fehacientes que permitan esclarecer los hechos ocurridos entre 1986 y 1987.

El bullicio inició desde mediados de diciembre y a la fecha mantiene a la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la mira, pues en su momento dicha institución podría intervenir para resolver en el ámbito jurídico, mientras tanto, el asunto que inició con Arturo Zaldívar, continúa ahora con la nueva presidenta, la ministra Piña, quien se ha mantenido al margen de lo ocurrido, evitando declarar o fijar postura al respecto.

Más allá de las determinaciones que tomen las instituciones educativas, su salida suena más a una noticia escandalosa que a una realidad, pues mientras no se cuente con el material probatorio que demuestre que la ministra incurrió en una ilegalidad, no hay forma alguna avanzar y es que, el decir sobre el plagio al momento ha quedado en deducciones de las propias autoridades de la UNAM. Más allá de ello, lo preocupante es que la Suprema Corte continúa siendo objeto de escándalos, contrario al deber ser.

Sin duda, es urgente, que la actual presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández de una sacudida a dicha institución y muestre que ese máximo poder es más que un escándalo de plagio que en algún momento habrán de resolver o archivar las autoridades educativas, toda vez que, parece existir una parálisis o inacción que se concentra en el escándalo de Esquivel y no en el trabajo y productividad de la Corte.

Es urgente que la ministra presidenta muestre la otra cara de la Suprema Corte, ya de por sí desgastada, para dar paso a la legalidad, productividad y defensa de la Constitución por encima de escándalos mediáticos que nada aportan al máximo tribunal, menos aún a la legalidad y la impartición de justicia. ¡Legitimidad, justicia y derecho antes que todo!

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