Veracruz | 2022-07-09
El suelo es un componente fundamental para el desarrollo forestal, agrícola, la sostenibilidad ecológica y para muchos servicios ecosistémicos esenciales. Es uno de los lugares más biodiversos del planeta, se calcula que un gramo de suelo contiene más de 10,000 especies de bacterias y un metro cuadrado alberga más de 1,200 especies de macrofauna (organismos mayores a 2 mm) y todos contribuyen a su buen funcionamiento y a los servicios ambientales que proporciona.
Desde el año de 1963, cada 7 de julio se celebra el Día de la Conservación del Suelo, la conmemoración de la fecha tiene como objetivo resaltar sus beneficios ya que de los suelos dependen nuestra alimentación y nuestra vida.
Para entender la necesidad de promover la conservación del suelo hemos de entender primero qué lo está dañando. La degradación del suelo es un fenómeno que ocurre de forma natural, pero la acción del hombre puede tener efectos catastróficos sobre él. Los suelos se agotan y se pierden.
Si no se realiza una conservación del suelo eficaz y urgente, la sostenibilidad de los ecosistemas agrícolas y la productividad de la tierra podrían verse gravemente alterados. La degradación del suelo afecta a 1,900 millones de hectáreas a nivel global, de las cuales el 65% corresponde a los efectos de la erosión.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, más del 45% de los suelos están degradados, principalmente por la erosión hídrica y física, y sólo queda menos del 10% de los bosques que teníamos originalmente. Uno de los estados más afectados por la deforestación es Veracruz, donde gran parte de los suelos están degradados a consecuencia de la ganadería extensiva.
Con este panorama, que no es exclusivo de nuestro país, sino de la mayor parte del mundo, podemos comprender por qué el científico estadounidense Hugh Hammond Bennet, Padre de la Conservación del Suelo, se dedicó a aumentar la producción de la tierra mediante la protección de la misma.
La tierra es un recurso muy complejo debido a su capacidad cambiante. El suelo es el soporte de diferentes formas de vida, para recuperar o regenerar el suelo debemos tener en cuenta de que el manejo intensivo del suelo en la agricultura y la ganadería, la deforestación y el crecimiento poblacional han provocado importantes pérdidas de fertilidad, compactación y erosión del suelo.
Es necesario también reconocer que el uso indiscriminado de fertilizantes y pesticidas han llevado a la disminución de la biodiversidad, la desestructuración del suelo y la contaminación de los mantos freáticos, y que el cambio de uso de suelo y su degradación contribuyen al incremento de CO2 atmosférico y al cambio climático.
Los suelos son vida y dan vida, por lo tanto, las acciones de su cuidado no deben acabar en el Día Internacional de la Conservación del Suelo. La acción colectiva e individual deber actuar de manera conjunta para mitigar los efectos del cambio climático sobre el suelo y la biosfera.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.