Xalapa | 2024-03-16
La juventud es el tesoro generacional que significa el futuro de la humanidad, quienes ya como personas adultas rigen el rumbo y el destino de una comunidad, los jóvenes se caracterizan por la fuerza y entusiasmo propios de su energía física, pero poca madurez y reflexión por la aún escasa experiencia de vida.
La juventud está en un proceso de educación y formación, para su transformación en adultos que norman las condiciones sociales de la época que se vive, en carácter personal, familiar y comunitaria, a los cuales ya es difícil cambiar las características y condiciones de su educación y formación, obtenidas en la familia, la academia y la universidad de la vida.
Son generalmente los adultos quienes rigen el rumbo del destino de los países, como resultado de sus actos y actitudes se dan las circunstancias que ocasionan situaciones buenas o malas a nivel nacional y mundial, por ejemplo, el carácter personal de lideres de países que declaran la guerra a otras naciones y hasta amenazan con desatar una guerra nuclear, la cual pondría en peligro la supervivencia de la humanidad, sin entender que su soberbia y ambiciones ponen en riesgo la existencia del planeta entero.
Debemos entender que toda persona adulta mal educada y formada, ya no cambiará su forma de ser y para hacerle comprender el daño que ocasiona, se le debe ejercer la ley que le obligue a convivir en armonía y respeto mutuo con los demás, así mismo que a los jóvenes hay que educarlos y formarlos para que lleguen a ser adultos responsables y ejemplares.
Con el paso de los años y experiencias vividas, los adultos se convierten en personas adultas mayores, en cuyas circunstancias adquieren madurez con obvias fallas en la salud y energía física, pero con mucha oportunidad de pensar y diferenciar entre lo bueno y lo malo, lo cual en la gran mayoría los transforma en personas sabias más allá del bien y del mal.
Aún cuando este proceso no actúe en todas las personas, es definitivo que son más los buenos que los malos, por lo tanto es necesario tener en cuenta que en los tiempos de formación de los jóvenes, se debe incluir programas de convivencia e intercambio de conductas y criterios, entre ellos y las personas adultas mayores, en disciplinada actitud de armonía y respeto mutuo, para asegurar que cuando sean adultos sepan a cumplir con las leyes de la justicia y de la vida, en su incorporación a la sociedad en su conjunto con educación cívica ejemplar y cultura de convivencia.
Todo equipo de deportes, trabajo y política debe combinar el ímpetu de la juventud y la experiencia de la madurez, en apego estricto a una disciplina establecida. Esa es la estrategia clave: DISCIPLINA Y RESPETO MUTUO.