Coatzacoalcos - Minatitlán - Sur | 2021-09-29 | Ana Isabel Cruz Hernández
One.- Como si estuvieran tan boyante la situación en Coatzacoalcos, la Jurisdicción Sanitaria a cargo de Carlos Javier Arteaga Ruiz, cerró el restaurante MR. PAMPAS, sin tomar en consideración que más de 50 empleados corren el riesgo de perder sus empleos, si no se resuelve a la brevedad este caso.
PAMPAS fue remodelado y ampliado antes de la pandemia, el restaurante cuenta con salones privados con capacidad para 600 personas y no dudamos que en sus buenos tiempos lo llenaron hasta el tope, pero con las reglas sanitarias todo cambió, actualmente solo están permitiendo el 30% de la ocupación de clientes que ronda entre 180 comensales.
El día que se suscitó el problema en PAMPAS había 190 personas, según quienes estuvieron ahí, los comensales nunca estuvieron aglomerados porque el espacio siendo tan grande no llegaban a toparse entre sí, más bien señalan que los inspectores sutilmente pretendían apretar al establecimiento para sacar la famosa mochada, pero al no obtener absolutamente nada procedieron al cierre del lugar, sin dejarles ningún papel o multa, según la Jurisdicción Sanitaria se dará respuesta en un mes y medio, mientras tanto permanecerán cerrados.
El 25 de septiembre se realizó la orden de verificación 21-PL-3011-00501, por parte de Benito Martínez, revisando que el negocio cumpla con todos los puntos y requerimientos que marca el protocolo de seguridad sanitaria para la mitigación y control del COVID-19, como medida de protección a sus clientes, así como del personal que labora ahí ya que cuenta con todo el equipamiento de seguridad establecido en el protocolo de seguridad sanitaria. El resultado de la inspección fue favorable para el negocio, casi le ponen una estrella.
MR. PAMPAS, cuenta con muchos años operando en Coatzacoalcos, es una cadena de restaurantes que están ubicado a largo y ancho del país, genera cientos de empleos en todos los puntos donde están asentado, por eso que mal que lo traten con la punta del pie los funcionarios del gobierno y le den largas a su apertura. Si la gente que maneja PAMPAS se excedió en la cantidad de comensales permitido, aunque su lugar está sobrado, que los multen y cobren su falta, porque es lo justo; lo que no es justo fue que pareciera que quieren fregar al dueño con su intransigencia y no le dan solución rápida para que reabra su local.
Pocos negocios sobreviven en Coatza
Three.- Que bien que el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor se preocupe por salvaguardar a la población y ponga orden en el comercio, pero su gente se hace de la vista gorda con otros negocio del ramo gastronómico como bares y cantinas. ‘Todo coludos o todos rabones’.
Coatzacoalcos casi es un pueblo fantasma con tanta desgracia que le ha pasado en los últimos años, por eso que afán de irse a los extremos y cerrar los pocos negocios que aún sobreviven, basta darse una vuelta en el malecón y ver que todo está bien tronado, muerto.
Por cierto, no hace mucho Ramos Alor, fue empresario, tenía un bar cantina de baile y muchos vendavales, pasó tormentas y sabe lo que es una clausura de negocio. Pierden el dueño, los empleados, proveedores y hasta el franelero. Ojalá aun recuerde el secretario sus viejos tiempos y pida que su gente agilice este asunto ya que más de 50 familias corren el riesgo de quedarse en la calle sin el sustento.
Mientras que la Jurisdicción Sanitaria y quienes mueven esos hilos sigan haciéndose pato para no resolver el asunto de la clausura de PAMPAS, las cuentas de los proveedores del Seguro Social, salarios de empleados, no se podrán pagar. Nadie que tenga un negocio sin generar ingresos aguanta en estos tiempos, la pandemia tiene noqueado a todo el comercio del mundo. De seguir la intransigencia de las oficinas que comanda Ramos Alor, el dueño de PAMPAS seguramente se verá obligado a cerrar definitivamente el restaurante, porque ni Carlos Slim que es el empresario más rico de este país soportaría no generar recursos durante 45 días. ¿O acaso será que mentes perversas quieren que se vayan a la quiebra los pocos negocios que aún sobreviven en la ciudad? Todo puede suceder en la viña del señor, por lo tanto, adiós a la picaña.
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