El poder del pueblo o del dinero ¿Qué vendrá?

Escenarios

Xalapa | 2024-07-07

El asunto de la reforma judicial ha sacudido a la opinión pública, por un lado los medios convencionales, sus analistas a modo, las redes financiadas en millones de dólares con robots extraídos de todo el mundo, la clase media sumisa al consumo y mediáticamente manipulada, todos ellos en contra: en defensa de su libertad y la democracia al antojo y sobre todo obediente a sus intereses, protegiendo  los  multimillonarios fideicomisos que  benefician a una pequeña, muy pequeña minoría, que parte de ministros y magistrados y una reducidísimo número de jueces  brotados en defensa por la delincuencia organizada y de los pillos de cuello blanco. 

Unos atendiendo la oferta nacional e internacional de estupefacientes, secuestros, trata de blanca, tráfico de órganos, feminicidios, desaparición de adultos, jovencitos y niños, robo en carreteras y un sin son de delitos comunes. Otros, lavando dinero, evadiendo al fisco, explotando la mano de obra, proliferando empresas fantasmas, seduciendo en sus carteles inmobiliarios, apropiándose de casi la totalidad del agua para producir refrescos embotellados y cerveza, reciclando sus miles de miles de hectáreas mineras, abusando del fracking, ¿prohibido?, explotando gasolineras con huachicol, robándose la electricidad, el petróleo y ahora el litio. Empresarios ladinos solapados en décadas por gobiernos cómplices y entreguistas. Capital trasnacional que maniatado al nacional para someter funcionarios, legisladores, jueces y magistrados a su servicio e intereses. 

Por otro lado, la política emanada de la Cuarta Transformación que pretende frenar la voracidad del sistema de justicia, más de 400 plazas a sus familiares, y cerca de 20 mil millones de pesos para su beneficio, abandonando al pueblo inerme, indefenso y propenso al abuso o inexistencia de la ley. Un gobierno que ha intentado denunciar la corrupción, lamentablemente inacabada, el escandaloso dispendio del gasto público de una alta burocracia golosa, glotona y soberbiamente enriquecida. Una política de "primero los pobres" que ha intentado distribuir con justicia la riqueza recuperada por pago de impuestos, frenando las devoluciones fiscales y sobre todo con una visión de austeridad completa para hacer valer los recursos públicos en la creación de la infraestructura que se requiere en el crecimiento económico con justicia social que está logrando que México logre una posición internacional de estabilidad y desarrollo. Un nuevo régimen, que llega a su fin en esta primera etapa en menos de tres meses para dar inicio a una nueva etapa de consolidación del nuevo proyecto nacional.

Proyecto de Nación que no ha sido fácil por los intereses oligárquicos desplazados, por la voracidad mediática de estaciones de radio, periódicos y las dos televisoras concesionadas: sus conductores, comentaristas, articulistas desbordados en la mentira, las noticias falsas, la guerra sucia, los rumores, chismes brotados desde, quienes los financian, los centros de poder económico, con el respaldo de los poderes legislativo y judicial, aunado a la complacencia y complicidad de la alta jerarquía eclesiástica de mentalidad inquisidora y añorando la movilización cristera, que adormece y manipula conciencias.

Proyecto de Nación que ha tenido errores, traiciones internas, acciones delictivas en lo interior al no haber podido lograr la transformación deseada, descuidando que para transformar las estructuras de la sociedad, la política, el humanismo y la producción de bienes y servicios que deben beneficiar a la ciudadanía empobrecida, desprovista de salud y educación necesaria, sin empleo ni vivienda dignos. Una ciudadanía harta del saqueo de los recursos nacionales, de la política, de la explotación y de las mentiras institucionales. Mentiras del pasado, que prevalecen aun en el presente y que turban al futuro inmediato para lograr la construcción de un país libre, soberano, independiente que merece un desarrollo pleno para todos. 

México se encamina hacia un crecimiento sostenido ante las turbulencias de otros países: El Reino Unido recupera su dignidad histórica. Alemania, Francia y España reciben un impresionante revés contra la guerra que se avecinaba favoreciendo a intereses de la ultraderecha ya enquistada en Italia, Países bajos, Hungría y Eslovaquia, ahora, su visión fascistoide, en Argentina y El Salvador. 

El Núcleo Global, multipolar, que desplaza a Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, será y es dado por China, Rusia, Corea del Norte, India entre otras naciones vinculadas a crear un nuevo orden económico mundial. 

El futuro está ya presente, hoy en el inminente efecto desastroso del cambio climático, los excesos oligárquicos que han sometido naciones enteras, el saqueo de los recursos de los países poseedoras de materias prima y mano de obra calificada, la desaparición del humanismo ¿cristiano? para ser sustituido en la voracidad por el  control de las conciencias, voluntades ciudadanas y sobre todo las necesidades básicas dominadas por el consumismo y el inagotable avance tecnológico.

México está inmerso en esa vorágine global: el consumo, el control de las conciencias, el saqueo de recursos, la ausencia de valores y ante todo su visión de futuro. O cambia radicalmente todo o se somete a los intereses ajenos. O vence o se someterá "per saécula saeculorum". Las mayorías decidieron este 2024 por la democracia existente. Las minorías con el poder del dinero obstruirán siempre hasta no recuperar su poder. ¿Quién vencerá el Pueblo o el Dinero?  O como dijo Shakespeare: "No hay más oscuridad, que la ignorancia".

Quien vencerá ¿la voluntad popular o el capital?

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