| 2024-03-03
Por fin el inicio del proceso electoral más competido de los últimos años. Ante los fraudes de 1988 y 2006 en complicidad con el IFE e INE, posteriormente con su "la vista gorda" del derrame multimillonario en la campaña del 2012, dadas las mismas estructuras del instituto electoral controladas por el bipartidismo del PRI y PAN. En el 2018, ante la respuesta de una ciudadanía consciente de la devastación del país, en todos los renglones, en lo económico, lo político y lo social para dar paso a un nuevo modelo de nación, uno que equilibrara el crecimiento económico con la justicia social, frenando en lo posible la corrupción e impunidad existentes de más de 36 años, pero ante todo detener el excesivo gasto público por una insaciable alta burocracia, e innegable la dilapidación de moches descomunales a analistas, reporteros y propietarios de los grandes medios de comunicación involucrados en desaparecer las fechorías con dádivas, negocios y prebendas.
Las 20 iniciativas de reforma constitucional propuestas por AMLO son a todas luces distintas a las reformas que se aprobaron durante todo el periodo neoliberal cuando en 36 años jamás se pensó en beneficiar al pueblo, sino fundamentalmente en ajustar el marco legal para facilitar el despojo, la corrupción y la entrega de bienes de la nación a una minoría. Mientras tanto se abren nuevamente las puertas a la guerra sucia, como un momento final del golpe blando, orquestado dentro y fuera del país. El capital internacional, arropado durante seis sexenios entreguistas, interviene con furia, acumulada desde los fraudes 1988-2012, para demostrar la intervención furiosa de las empresas globales ante la debilidad de los gobiernos neoliberales, sumisos y corruptos.
La derecha desquiciada ante la pérdida del poder se une a todas las derechas internacionales principalmente de Estados Unidos y España al grado que la senadora, Mariana Gómez del Campo, prima de Margarita Zavala es denunciada por el gobierno de Cuba de intervenir directamente contra el gobierno revolucionario en forma directa en alianza de intereses trasnacionales. O las visitas a ambos países por la candidata opositora para pedir intervención de la OEA y de la USAID que financian a Claudio X González y sus fallidos organismos, todo será puesto en el "sartén" de la política mediática para recuperar los espacios perdidos, de poder y corrupción de los gobiernos desplazados en las urnas.
Primero El Peligro para México, luego Amlovich y ahora Narcopresidente. Andrés Manuel López Obrador instó al Instituto Nacional Electoral (INE) a investigar la guerra sucia en redes sociales, misma que identificó en la difusión del hashtag #Narcopresidente en redes sociales. Esto al considerar que las oligarquías actualmente están utilizando campañas mediáticas alrededor del mundo para realizar golpes de Estado blandos y se olvidan de que el narco fue protegido primero por Salinas de Gortari y después coludido con Calderón, Fox y Peña. No hay que olvidar que, hasta Echeverría y López Portillo siempre dijeron a los malosos: "por aquí pasan, pero no se quedan..."
Hoy en día con la organización ultraderechista del capitalismo global: Atlas Network –ligado a las asociaciones México Evalúa, IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad, financiado por el Consejo Mexicano de Negocios), Conciencia Nacional por la Libertad Religiosa, El Yunque, la Cátedra Vargas Llosa y todas las fallidas siglas de Claudio equis, sería el principal orquestador de la guerra sucia en redes sociales contra el presidente y la candidata de la coalición de la 4T. Organización que estaría detrás de las granjas de bots que intoxican la conversación en la plataforma X, antes Twitter, y que promueven tendencias como la de "#narcopresidente AMLO" y "#narcocandidata", además de las agencias del Departamento de Justicia de Estados Unidos y trasnacionales petroleras, farmacéuticas y tabacaleras son las que financian al Atlas Network. Claramente tiene como objetivo la desestabilización de gobiernos progresistas y de izquierda, que tienen interés específico. Petroleras, farmacéuticas, empresas cigarreras: Shell, Exxon Mobil, Pfizer y Phillip Morris financian a Atlas Network. También se sabe de qué algunas agencias de los Estados Unidos, del Departamento de Justicia y la USAID están vinculadas. Atlas Network se vuelve el eje de estas campañas y se relaciona con distintas organizaciones, fundaciones, fideicomisos en una estrategia internacional de muchos millones de dólares para desestabilizar el proceso democrático en nuestro país, usando las redes sociales para generar desinformación, para generar miedo y desprestigiar al actual gobierno. (Contralínea).
Paralelamente, el New York Times publicó un reportaje sesgado sobre dinero del narcotráfico que supuestamente recibieron los hijos del presidente y colaboradores cercanos para las campañas presidenciales del 2006 y 2018. López Obrador negó los señalamientos, que parten de una investigación de la DEA. El periódico estadounidense se contradijo ante falta de pruebas: "Es una vergüenza, no cabe duda de que este tipo de periodismo está en franca decadencia" expresó AMLO.
Dos viajes fallidos a Estados Unidos y a España abren a la oposición para regresar a la guerra sucia, a lo que los medios y sus analistas, columnistas y opinólogos, como lo han hecho siempre se han mantenido extremadamente calladitos, al grado que en su guerra sucia proclaman remendar todos los vicios que ellos crearon, para el saqueo de este país. Una guerra sucia en los medios de manipulación convencionales y ahora en las redes sociales controladas con alta tecnología para inventar y mentir a una ciudadanía empobrecida en sus gobiernos.