Veracruz | 2020-11-01 | Enrique Haro Belchez
La economía ecológica se refiere a las relaciones entre lo natural,lo social y lo económico, incluyendo los conflictos entre el crecimiento económico y los límites físicos y biológicos de los ecosistemas; considerando la carga ambiental que la economía agrega al consumo y al crecimiento demográfico. Es decir, estudia la gestión sostenible o sostenibilidad,entendida como la capacidad de la humanidad para vivir dentro de los límites ambientales.
El interés en la naturaleza, la justicia y el tiempo son características definitorias de la economía ecológica. Se puede decir que su objetivo es analizar y explicar el impacto de las actividades humanas sobre el medio ambiente, desde una visión económica que incorpora los procesos de transformación de los recursos naturales.
De esta manera, el daño ambiental pone atención no sólo en la dimensión monetaria de los procesos de producción, sino también en las consecuencias socio ambientales. En vez de lograr el “desarrollo sustentable”, se prefiriere ver desde abajo a la economía ecológica como un enfoque para empoderar a los pueblos y comunidades, generando una diversidad de estrategias para mejorar la calidad de vida y conservar los ecosistemas de los cuales dependemos todos.
Refleja el reconocimiento del precio que “el progreso” o “el desarrollo” ha cobrado no solamente a los grupos sociales sino también en el planeta.
La economía ecológica se propone construida desde abajo, desde los pueblos campesinos e indígenas que históricamente han sido marginados de los beneficios de la globalización;Una visión “campesina e indígena” en la gestión de los recursos naturales se muestran cómo la única vía posible para la sustentabilidad, con aspiraciones de penetrar transversalmente a todas las disciplinas que se ocupen de lo social, de lo económico y de lo ecológico.
Esta concepción desde abajo enfatiza el potencial transformador de estas comunidades que se han encargado de custodiar una gran parte de los recursos naturales en el mundo para encontrar formas propias para mejorar su calidad de vida y atender las necesidades de la conservación y restauración medioambiental; toma como punto de partida la necesidad de crear mecanismos para construir una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza.
La débil relación entre economía y medio ambiente podría explicarse por la baja consciencia y el limitado conocimiento ambiental, en este contexto, la educación ambiental, aunque no es la única, constituye la principal herramienta de transformación, hay mucho que aprender de los grupos sociales involucrados en crear nuevas formas de organización y de convivencia. La economía ecológica desde abajo ofrece una propuesta para la transformación de la sociedad en el contexto de las comunidades y pueblos indígenas, que están tratando de crearse espacios donde puedan ejercer su autonomía principalmente determinada por el poder de controlar sus territorios y gestionar sus recursos naturales.
Las comunidades están decidiendo reconstruir sus dinámicas y estructuras sociales a partir de la recuperación de su cultura, identidad y saberes, vinculándolos con conocimientos científicos, políticos, económicos y ecológicos de los contextos que cohabitan, congruentes con una buena calidad de vida, tomando en cuenta sus posibilidades materiales y las de su entorno natural.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.