Xalapa | 2024-04-23
El pasado 14 de abril de 2024, Un ataque aéreo israelí en Damasco, Siria, impactó un anexo de la embajada de Irán, dejando al menos siete muertos, incluyendo un alto oficial militar iraní. El 18 de abril de 2024, Irán responde con un ataque con misiles y drones contra objetivos militares israelíes. Las autoridades israelíes informan que interceptaron la mayoría de los proyectiles, lo cual no fue cierto, pues los misiles hipersónicos de Irán no pudieron ser obstaculizados alcanzado sus objetivos.
El enfrentamiento entre Israel e Irán ha dejado al descubierto no solo las tensiones regionales sino también un peligro latente que podría cambiar el curso de los conflictos modernos:
El Pulso Electromagnético (EMP), y su capacidad para desestabilizar infraestructuras electrónicas críticas y sistemas de defensa de cualquier nación.
El contraataque israelí, que involucraba un F-35 cargado con una bomba nuclear fue enviado al este sobre Jordania para desencadenar un EMP sobre los cielos de Irán, fue un recordatorio sobrecogedor de hasta qué punto pueden llegar las estrategias genociditas en un escenario de alta tensión geopolítica. Sin embargo, lo que quedó oculto en los informes públicos fue la verdadera contrarrespuesta: el derribo del F-35 por parte de la Fuerza Aérea Rusa.
Este vuelco inesperado revela una dimensión completamente nueva en el campo de batalla. No se trata solo de ataques aéreos o terrestres, sino de la utilización de tecnologías altamente avanzadas para neutralizar las "amenazas", incluso aquellas que podrían tener consecuencias devastadoras con los mercados financiero a nivel internacional.
El Evento Carrington de 1859, aunque distante en el tiempo, cobra relevancia al ilustrar cómo los fenómenos electromagnéticos pueden impactar incluso en épocas pretecnológicas. Hoy, con una red eléctrica globalizada y una dependencia inmensa de la electrónica, la vulnerabilidad ante un ataque EMP es una realidad que es imposible de ignorar.
El derribo del F-35 israelí por parte de Rusia también plantea interrogantes sobre la diplomacia y la gestión de crisis. ¿Qué hubiera sucedido si la situación se hubiera descontrolado? ¿Cómo reaccionaran otras potencias ante un conflicto que amenaza con desencadenar una escalada bélica de proporciones incalculables?
La comunidad debe tomar nota de estos acontecimientos y redoblar esfuerzos en la investigación, prevención y respuesta ante amenazas como el EMP. La cooperación entre naciones, la transparencia en los diálogos y el desarrollo de tecnologías de protección son fundamentales para evitar que la sombra del EMP se convierta en una realidad catastrófica para la humanidad.
El ataque encubierto del F-35 a Irán y la posibilidad de un EMP son recordatorios contundentes de que la guerra moderna se libra no solo en los campos de batalla tradicionales, de ahí que la versión publicitada de la contrarrespuesta israelí fuera una farsa. Al final, todas las partes decidieron no hacer pública la verdadera noticia: para reducir la tensión en lo que bien podría convertirse en la Tercera Guerra Mundial.