México | 2024-07-16
La reciente serie de eventos ha dejado a muchos cuestionándose la estabilidad y el futuro de Estados Unidos. En una economía ya tambaleante, con una deuda histórica de 1,15 billones de dólares y un dólar al borde de la caída, un atentado contra el candidato presidencial Donald Trump ha añadido una capa de incertidumbre. El ataque, que dejó a Trump con una herida leve en la oreja, recordó inquietantemente el atentado que costó la vida a John F. Kennedy, quien había revelado la existencia de un plan para esclavizar a cada hombre, mujer y niño en el país. Kennedy fue asesinado solo siete días después de su impactante declaración.
En el mitin de Trump, múltiples advertencias sobre un francotirador de 20 años en el tejado (Thomas Matthew Crooks) fueron ignoradas por el Servicio Secreto, y aunque el atacante fue abatido rápidamente, las circunstancias que rodearon el evento plantean serias preguntas. ¿Cómo es posible que el Servicio Secreto, con toda su preparación y recursos, no haya neutralizado al francotirador antes de que disparara a tan solo 130 metros? La incertidumbre aumenta con el testimonio del agente que abatió al tirador (Jonathan Willis), quien afirmó que tuvo al asesino en su punto de mira durante 3 minutos y haber desobedecido órdenes estrictas de no intervenir.
Los mercados financieros reaccionaron con rapidez al atentado, los futuros de los bonos del Tesoro cayendo, en una clara señal de que los inversores ahora ven una mayor probabilidad de que Trump gane las elecciones presidenciales. Las acciones de compañías relacionadas con las armas de fuego y la empresa de medios de Trump experimentaron repuntes significativos, mientras que el oro y el bitcoin se fortalecieron como refugios seguros para los inversores.
El impacto en los mercados refleja una apuesta por políticas fiscales más expansivas y un aumento de los aranceles bajo una administración Trump, aunque también se vislumbra una regulación más laxa y posibles recortes en los impuestos de sociedades. Sin embargo, la volatilidad de los mercados de petróleo y la reacción ambigua de las materias primas muestran una economía en un estado de nerviosismo e incertidumbre.
La analogía con el asesinato de Kennedy no es meramente un recuerdo histórico, sino una señal de alerta. Las razones detrás del ataque a Trump siguen sin aclararse, quizá sea la nominación como candidato oficial para las elecciones presidenciales, o quizá el fin de la guerra en Ucrania e Israel como lo fue Vietnam para JFK, dejando al público y a los mercados en un estado de especulación. ¿Hay fuerzas invisibles que buscan influir en el curso de la nación, tal como sugirió Kennedy antes de su muerte? El atentado ha dejado abiertas las preguntas, y el país enfrenta un período de incertidumbre mientras espera desenlaces que quizá nunca lleguen.
La narrativa de estos eventos muestra un país en una encrucijada, con un servicio secreto sumido en su incompetencia y con su estabilidad política y económica pendiendo de un hilo. Los próximos meses serán cruciales para determinar si Estados Unidos puede superar esta ola de incertidumbre y qué repercusiones tendrán estos eventos en el futuro inmediato y a largo plazo del país.