México | 2024-07-09
El sistema financiero mundial se encuentra al borde de una crisis sin precedentes, y la raíz del problema radica en la proliferación de derivados financieros. Estos instrumentos complejos, creados inicialmente para gestionar el riesgo, se han convertido en armas de destrucción masiva económica, multiplicando el dinero fiat y enriqueciendo a los accionistas mayoritarios de los bancos a expensas del público en general.
Los derivados son instrumentos financieros cuyo valor se deriva de activos subyacentes como acciones, bonos o materias primas. En teoría, son herramientas útiles para la gestión del riesgo y la especulación. Sin embargo, en la práctica, los bancos han creado una red de derivados que no solo incluye los originales (tipo AAA) sino también "copias de las copias" (CDOs, CLOs, CDSs, etc.), llevando a la economía global a una situación insostenible.
El dinero fiat, emitido por los gobiernos y bancos centrales, es la base del sistema financiero. A diferencia del dinero respaldado por un valor tangible como el oro, el dinero fiat depende de la confianza en el sistema económico. Los bancos, buscando maximizar sus beneficios, han explotado este sistema creando derivados que multiplican el dinero original sin necesidad de imprimir más dinero físico.
Un billete de 100 euros puede ser transformado en múltiples derivados, cada uno de ellos creando una nueva capa de riesgo. Mientras que los derivados de primera generación (tipo AAA) pueden tener algún respaldo tangible, las copias de estas copias son cada vez más arriesgadas y menos respaldadas, llegando a convertirse en lo que se conoce como derivados tóxicos.
Los principales beneficiarios de este esquema son los grandes accionistas de los bancos, quienes se enriquecen enormemente a través de la venta de estos derivados. Cuando el sistema falla, las pérdidas son socializadas. Los pequeños inversores y los gobiernos se ven obligados a rescatar a los bancos en quiebra, mientras que los grandes accionistas se llevan sus ganancias sin responder por las pérdidas generadas.
Recientemente, ha habido una caída significativa en el interés por los derivados clase AAA, indicando una falta de confianza incluso en los instrumentos considerados más seguros. Esto sugiere un colapso del sistema financiero inminente.
El sistema financiero de EE. UU. ha generado una deuda interna y externa masiva a través del uso de derivados. Según el Banco de Pagos Internacionales (BIS), los bancos e instituciones han acumulado un déficit-deuda de más de 149 trillones de dólares en comercio exterior. La deuda ha sido utilizada para mantener el sistema financiero funcional.
Los países con menor endeudamiento se convertirán en refugios seguros para la riqueza, para protegerse de las pérdidas. Observando el mercado y anticipando el colapso, los inversores pueden encontrar oportunidades en el mercado post-crisis. ¡¡¡El momento de actuar es ahora, antes de que el sistema financiero se derrumbe y donde la "cabeza de turco" sean las Guerras!!!