Xalapa | 2024-05-20
La marea rosa, tiene un sabor de odio por los pobres, por los débiles, por los que menos tienen, y por todos aquellos que por noventa años han sentido el peso de la bota del poder, de la corrupción, de la impunidad y del abuso en contra del pueblo.
Es una clara muestra del músculo de los poderosos, sí los de los dueños del capital frente a trabajadores y campesinos, la gente del pueblo, obligada a asistir a una marcha bajo protesta de la amenaza y el peligro de perder la chamba.
Es la muestra de la polarización que el presidente AMLO, alimenta sabiamente todos los días con un desprecio directo en contra de los que desprecian al pueblo, a la gente común y corriente, a los de a pie que por cierto, son mayoría y no se inmutan, ni se intimidan ante las manifestaciones de desprecio en su contra.
Los poderosos, que dominan a los clasemedieros y pretenden hacerlo con los sectores populares, sueñan en convencer a quienes los conocen muy bien, porque son despectivos, prepotentes y cínicos con los pobres.
México, necesita el triunfo de Claudia Sheinbaum, por la presidencia del país el próximo 2 de junio, porque de lo contrario el poder en manos de los radicales, los pobres de nuevo tendrán que migrar para aspirar a los puestos de jardineros en el vecino país del norte, o huir a donde sea, y hasta la madre patria de ser posible.
Los del poder económico no se miden en su afán de pretender el poder político, pero les está vedado, porque nunca más México, dará un paso atrás hacia la marginación, la sumisión, la pobreza y la humillación ante quienes olvidaron que vivieron en casas de piso de tierra en el campo y ahora se sienten más que una realeza en extinción.
Xóchitl Gálvez, la "francesa" como María Antonieta, sueña con vivir en un castillo, aunque sea como el de Cri-Cri y la princesa Caramelo con el rey de chocolate. Andale. Así las cosas.