México | 2024-10-08
Lo que todo mexicano sensato menos quisiera, es que se llegara a cumplir la advertencia que en uno de los debates presidenciales le hizo la candidata de la alianza opositora, Xóchitl Gálvez, a la morenista Claudia Sheinbaum: "se te va a caer el país".
Sin embargo, aunque apenas lleva una semana en el poder, muchos quisieran ver desde ahora el temple de la Presidenta en funciones y su determinación para enfrentar con todo el poder el Estado la desbordada violencia que han desatado los grupos criminales en diversas entidades, principalmente en Sinaloa, Guanajuato, Chiapas, Guerrero, Zacatecas, Morelos, Jalisco, pero que amenaza con extenderse y desbordarse en otras regiones del país.
La decapitación del alcalde priista de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, quien acababa de tomar posesión la semana anterior, fue otra de las alertas que cimbraron a la sociedad mexicana. Y es que tres días atrás ya había sido ejecutado el secretario del ayuntamiento de la capital guerrerense, Francisco Gonzalo Tapia, un abogado al que el munícipe había catalogado como "un hombre de paz", tal como él mismo se consideraba también.
Ahora se sabe que el día del asesinato del secretario, el alcalde Arcos Catalán intentó comunicarse con la gobernadora morenista Evelyn Salgado, la cual no lo quiso atender pretextando que estaba en una reunión con Sheinbaum. Pero jamás lo buscó para coordinarse con él y garantizar su seguridad y la de los capitalinos. La Presidenta tampoco se apersonó en Chilpancingo. Prefirió asistir al funeral de la diputada Efigenia Martínez, a la que a pesar de su delicado estado de salud hizo que se presentara a la sesión solemne del 1 de octubre para que le impusiera la banda presidencial.
Ayer, el columnista del diario Milenio, Carlos Marín, comentó que "en la barahúnda de legisladores nacionalpopulistas que treparon a la tribuna para fotografiarse con Sheinbaum, alguien desconectó el oxígeno de la maestra, quien comenzó a languidecer y Claudia preguntó qué pasaba. Ifigenia balbuceó que le faltaba el aire y Sheinbaum inquirió si estaban pisando la manguera de la cánula nasal. Gente de Protección Civil pudo reconocer el aparato, pero a la frágil diputada no le alcanzó el aliento para leer el texto que llevaba preparado...", cuya parte final rescató y reprodujo al día siguiente en su columna el periodista Joaquín López-Dóriga, en la que la compañera de lucha democrática de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo quiso decirle a la sucesora del presidente López Obrador: "Que nuestras diferencias no nos dividan (...), que sean fuentes de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos (...). Hoy más que nunca necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir juntas y juntos un país más justo y solidario. Es tiempo de alturas de miras..."
Pero Sheinbaum y sus congresistas tienen al país al borde de una crisis constitucional al tratar de imponer una reforma judicial que no han querido consensuar con la oposición ni con los ministros, magistrados, jueces y trabajadores del Poder Judicial de la Federación, quienes se oponen a ser elegidos por voto popular y demandan reformar también a las fiscalías del país, las cuales arrastran desde 2019 un volumen de más de 2 millones de averiguaciones previas y carpetas pendientes de concluir, según estadísticas del INEGI.