Como en el cuento de Blancanieves

Cada vez que alguien desea ofrecerle algo a un tercero que solo beneficiará a quien lo otorga y  resultará perjudicial para quien lo recibe, tiene que presentar su oferta con un ropaje  llamativo. Dicho en otras palabras, debe  envolverlo en una hermosa caja para regalo, con adornos agradables a la vista para que quien saldrá afectado acabe aceptándolo gustoso, aunque en su interior la hermosa caja contenga una serpiente.

Así, la bruja del cuento de Blancanieves le ofrece a la ingenua jovencita una brillante y hermosa manzana que en su interior contiene veneno. Si no le hubiese resultado agradable a la vista, la muchachita del cuento jamás la habría probado.

Eso mismo sucede  con la propuesta de reforma electoral que pretende impulsar el Presidente  cuando ya va prácticamente de salida.   

Por eso nos ofrece en primer lugar cosas que resultan atractivas para ciudadanía.

Reducción del número de diputados federales y senadores. También de diputados locales y  regidores. Estas medidas, la mayoría de los ciudadanos las ven con buenos ojos, porque sostener a tanta gente poco productiva resulta carísimo.

No se queda atrás la propuesta planteada también de reducirles el financiamiento a los partidos políticos, algunos de los cuales se han convertido en un negocio para sus dirigentes, lo que los ha desconectado de la ciudadanía y  funcionan más como  agencias de colocaciones que como verdaderos partidos políticos. En casos extremos sirven para chantajear a los gobernantes.

En cuanto a la desaparición de los OPLES, algunos analistas no lo ven mal. Resultan muy caros y sus tareas podrían ser absorbidas por el INE para evitar la  duplicidad de funciones y obviamente de  los gastos.

Hasta ahí todo iba bien.

El problema es que dentro de las propuestas citadas vienen ocultos algunos dardos venenosos.

Dicen  que el INE ha manipulado las elecciones y ha hecho trampa, por eso hay que cambiarlo.

No se puede acusar al INE de ser sesgado ó  parcial, cuando dicho Instituto reconoció el triunfo del actual presidente. Tampoco puede decirse que está al servicio de la oligarquía, cuando ha reconocido el triunfo de los más de 20  gobernadores postulados por MORENA  y no se diga el gran número de presidentes municipales, regidores y legisladores locales que ganaron siendo abanderados por ese partido político.

Gracias al INE la transición y la alternancia política se han podido llevar a cabo en paz, con  transparencia y equidad. El INE tiene muy alta credibilidad entre la ciudadanía. Sin duda debe de tener muchos aspectos por mejorar, pero arrinconarlo para cambiarlo por un organismo a modo, es un exceso.

Además el presidente propone cambiar las reglas del juego al cuarto para las doce, cuando las próximas elecciones están a la vuelta de la esquina y pretende que los futuros consejeros sean electos de entre un grupo de 20 personas propuestas por él mismo, 20 más por el Poder Judicial y otras 20 por el Poder Legislativo, siendo que en ambos poderes el presidente tiene una gran influencia.

Sin hacerle al adivino es lógico pensar que resultarán electos  los consejeros que él indique, quedando fuera los que considere adversarios políticos de su causa.

Estos cambios no tienen por objeto  contar con un INE más independiente y más ciudadanizado, sino por una Institución controlada por el Poder Ejecutivo.

De darse esto, perdería el INE autonomía y credibilidad. Simplemente volveríamos al antepasado, cuando el partido hegemónico controlaba las elecciones y terminaba siendo juez y parte en cada contienda. Por eso siempre ganaba el partido oficial.

La propuesta se presenta ahora, porque existe el riesgo de que las próximas elecciones las pierda MORENA ya que a pesar del dinero que regala con recursos salidos de nuestros bolsillos, cada vez hay más personas inconformes con los resultados obtenidos.

Ha habido fracasos en seguridad, salud, educación, empleo y economía.

Si controla MORENA al árbitro electoral, podrá ganar con mayor facilidad las elecciones ya sea por las buenas o por las malas, tal y como se hacía en los tiempos del PRI.

Por eso es obligación de todos defender al INE con convicción, conciencia cívica y  responsabilidad ciudadana.

¿No les parece a Ustedes?   

Muchas gracias y buen fin de semana.

/lmr